-Ahora se dan cuenta que compleja puede llegar a ser la muerte,
¿no? - decía la muerte mientras su risa burlona se escuchaba por todo el lugar.
-Qué Alguien sea el
primero - gritaron Todos.
-¿Yo por qué? - respondió
temeroso Alguien.
-Tú fuiste el de la
idea.
-Por lo mismo, al ser
el de la idea, merezco ser el primero en saludar a nuestro salvador.
La Muerte en vista de que los ánimos se
agitaban declaró: “Eso sí, él debe morir voluntariamente, si no, no es posible
que se tome en cuenta su muerte; la de él, ni la de nadie que no quiera morir
por su “salvador”. Tal vez por hacer tan noble acción la persona en
sacrificarse iría al cielo, pero si para saberlo uno tiene que morir, ¿Quién
quisiese saberlo?, Cuan poco valorada es la vida cuando se tiene, y cuando se
va a perder, cuan preciosa es; más valiosa que todos esos tesoros anhelados, en
los cuales, se llegaba a arriesgar la vida para tenerlos. Las ironías de la
vida.
Alguien dijo: "Si realmente amaron a esta
persona, y mejor aún, aman a la humanidad; levanten su mano los que deseen ser
“sacrificados” por un bien mayor."
Aunque no lo crean, hubo más de mil
personas que levantaron la mano. Siempre se puede contar con las personas en
momentos de “real” necesidad.
-¡Excelente! - exclamó Alguien - Eh ahí a tu
dinero, tómalo y danos lo que vinimos a buscar.
La Muerte, se quedó pensando, titubeo y
hasta parecía que ella se sintiese estafada: cual buena estafadora que era.
-De acuerdo, he aquí a su marqués - y tras
decir esto, tronó los dedos y la gente que había levantado la mano cayó víctima
de un infarto al corazón. A su vez las puertas del más allá se abrieron y de
ellas salió nuestro amado galardonado.
-Ahora escucha bien Mano manito, murieron
1058 personas por ti, o sea que tienes 1058 días de vida, equivalente a dos años,
diez meses, tres semanas y veinticuatro días. Qué te parece el trato que hizo
esta buena gente para que regresases a este mundo.
-Una completa estupidez - respondió
tremendamente enojado el señor Manuel -Por
esto fue que fui tan buena persona con todo el planeta. Toda mi vida la dí por
ustedes, y que obtengo al final, egoísmo, puro egoísmo de su parte; me repugnan
Todos. Ya morí, déjenme descansar. Hice lo que pude cuando me correspondía; a
los que siguen con vida les tocaba, en teoría, seguir mis pasos y así lograr
ser mejores que yo. Para eso creía que había venido al mundo a enseñarles. Pero
al parecer ustedes sólo quieren legarme la “responsabilidad” del mundo a mí. Me
decepcionan.
-Pero, creíamos que te gustaría estar de
vuelta aquí - dijo Alguien asustado.
-¡Creían!, ¡Ustedes creen lo que
quieren! - gritó con más fuerza Manuel - estaban tan apresurados en revivirme que
nadie pensó quizás yo estaba bien en el más allá.
La Muerte viendo su “oportunidad”, “muy
oportuna”, le dijo a Manuel: Manito, quieres volverte a morir.
Fríamente “El Segundo Jesús” dijo: sí. En
ese momento desapareció junto con la Muerte.
Todos junto con Alguien se quedaron
pasmados y conmocionados. Se vieron los unos a los otros y pensaron: después de
todo ese Manuel Márquez Valladares no era tan gran persona.
-Por Augusto Montero.