martes, 15 de julio de 2014

¿Por que la Reforma de Telecom criminaliza a la ciudadanía?

Un caso en el que el fin no justifica los medios

La recién aprobada Reforma en Telecomunicaciones se ha vuelto controversial debido a dos temas principales: los beneficios a los monopolios de la materia y el rompimiento de la privacidad de los usuarios para así poderlos tratar más como “sospechosos” que como personas. Cabe preguntarse ¿por qué estás medidas que perjudican a las mayorías? ¿En qué estaban pensando?

Centrémonos en la segunda: la criminalización de la ciudadanía. Este mecanismo se encuentra desde tiempos lejanos; el Estado y la propia sociedad necesitan de estabilidad para su funcionamiento, por ello, entre el Estado y un sector de la sociedad buscan señalar y criminalizar con términos como: “vándalo”, “revoltoso” o mi favorito, el posmodernísimo “chairo”.

Sin embargo, este mecanismo sólo se implementaba para un sector de la sociedad. Aquellas individualidades o minorías que piensan de una forma distinta, que desean un cambio y que buscan llevar su ideal a la acción han sufrido a lo largo de la historia este acoso. Hasta ahora.

La doctrina de la Seguridad Nacional, en palabras de Édgar de Jesús Velásquez Rivera, se sintetiza en una ideología desde la cual EUA, después de la Segunda Guerra Mundial, consolidó su dominación sobre los países latinoamericanos, enfrentó la Guerra Fría, fijó tareas específicas a las fuerzas armadas y estimuló un pensamiento político de derecha en los países de la región. Como ideología, reconoció sus orígenes en una visión bipolar del mundo desde la que, supuestamente, Occidente, liderado por los Estados Unidos, representaba el bien, la civilización, la democracia y el progreso; mientras que la entonces Unión Soviética estaba al frente del mal, el atraso y la dictadura.[1]

Desde la década de los ochentas, se implementó una lucha contra el narcotráfico, la cual ha traído consecuencias catastróficas tanto para la vida diaria de la ciudadanía como para sus libertades. Con base en la obligación del Estado a garantizar la seguridad de las personas y su propiedad (que en término de neoliberalismo ideal debe de ser una de las únicas dos) se han justificado y endurecido métodos de control para el combate al crimen. Estos métodos van desde cámaras de seguridad hasta vehículos aéreos no tripulados (drones).

Resumiendo: con base en la paranoia al avance comunista en EUA, la pérdida de control en el crimen organizado y la escaza responsabilidad en el uso de drogas, los ciudadanos hemos ido perdiendo libertades.

Uno podría pensar: bueno, el fin justifica los medios; renunciar a algunas libertades es preferible a padecer de inseguridad (de la cual siempre se ha padecido en distintos porcentajes a lo largo de la historia). Se vale. El problema es que ni el fin justifica los medios, ni los métodos de control son empleados para salvaguardar a las personas y sus propiedades.

Caminamos pues, hacia una criminalización de la ciudadanía. Ya no importa si eres pro o contra régimen. Da igual si piensas que nuestro país es democrático y libre o si piensas que está bajo el yugo de la burguesía. No importa, eres sospechoso y se te tiene que investigar. No eres confiable y puedes representar una amenaza para el Estado (o en el peor de los casos, para la corporatocracia que parece ser más jefe del mismo que los propios ciudadanos). Da igual si piensas que la política sólo es para rateros y tú como eres “gente de bien” ni te metes. Eres visto como criminal, estás siendo tratado como un delincuente.

La Reforma en Telecomunicaciones permite la geocalización (conocer en tiempo real donde se ubica una persona) sin necesidad de una orden judicial, privando así de la libertad de transitar por donde te plazca y sobre todo la privacidad. Estos datos serán almacenados durante un promedio entre uno o dos años, atentando contra las libertades puesto que pueden conocer todos tus movimientos, que haces, los lugares que frecuentas. Sin ser un genio puedes basarte en eso para hacer un perfil del “tipo de persona que eres”.

Sumado al ataque contra la privacidad están los costos que esto genera en un país que no se puede decir exactamente rico en términos monetarios. Genera un incremento de costos en las compañías que seguramente se derivará en un incremento en los precios de sus servicios. ¿Dónde están los beneficios? Y en una sociedad con una cultura de la corrupción, esa seguridad que buscan garantizar se puede convertir en un aumento en los secuestros debido al tráfico de información.

Ya sé, “el que nada debe, pues nada teme ¿no?”. Pues no, no se trata de “deber algo”. Se trata de un respeto a la privacidad de todos. Un respeto a la individualidad. Un sistema capitalista se sustenta en la libertad y la propiedad privada, en un “laissez faire laissez passer”, en la casi nula intervención gubernamental. ¿Y entonces qué pasó? Mexicana, mexicano: la seguridad no justifica el que te traten como criminal, el fin NO justifica los medios. Ya lo decía Benjamin Franklin: "Aquellos que sacrifican la libertad por la seguridad no merecen ni la una ni la otra."

-Por Samantha Venses



[1] VELÁSQUEZ, Edgar de Jesús. “Historia de la Doctrina de la Seguridad Nacional”. http://convergencia.uaemex.mx/rev27/27pdf/Edgar.pdf

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