O de como la ciencia puede generar conocimiento moral objetivo
Existe la creencia popular de que la ciencia no
tiene nada que decir respecto a la moral, la ética, en fin, el óptimo actuar y
pensar del ser humano. Por otro lado, la religión parece ser la madre de dicho
estudio filosófico y, por lo tanto, se piensa que aquellos que no se guían bajo
la norma de una institución religiosa ya sea carecen de reglas morales, o bien,
deben en última instancia de extraer su moral de una de ellas. No obstante, el ya no tan nuevo libro del
neurólogo Sam Harris, The Moral Landscape
(El Panorama Moral; 2010),
contiene dentro de sus páginas una destrucción de dicho prejuicio, además de
una cambio radical en el paradigma del pensamiento moral moderno.
Centrando el objeto de estudio de su ciencia moral en el concepto
fundamental de Bienestar, Harris afirma que es posible determinar a partir de
bases neurológicas, psicológicas y sociales cual sería el comportamiento ideal
de un ser humano para aumentar su propio bienestar, así como el de los hombres
y mujeres que lo rodean. Para lograr probar la validez de sus argumentos, el
autor expone a través de su obra una variedad de ejemplos que prueban que
existen respuestas objetivas de correcto e incorrecto a las preguntas morales.
Uno de
los ejemplos más claros que presenta Sam Harris con este respecto es la
siguiente:
“Imagine que solo hubiera dos
personas viviendo en la tierra: podemos llamarlas Adán y Eva. Claramente,
podemos preguntarnos como estas dos personas podrían maximizar su bienestar ¿Hay
respuestas equivocadas a esta pregunta? Por supuesto. Respuesta equivocada número
1: golpear la cara del otro con una gran roca.”
Al
final, habrá que decirse que todavía falta mucho trabajo para que el trabajo de
Harris surta efecto, y se necesita también mucha investigación y estudio del
objeto para que su ‘Ciencia de la Moral’ sea tomada con más seriedad y, sobre
todo, produzca buenos resultados aplicables a la sociedad moderna.
Por lo
pronto, el autor estadounidense a dado en el clavo planteando una nueva
posibilidad de estudio en un campo que le concierne de manera especial al ser
humano. Como el mismo Sam Harris dice, quizás el concepto de Bienestar sea
subjetivo y cada persona tenga su propia teoría de cómo alcanzarlo, pero de
igual forma la salud es subjetiva y cada persona tiene su propia teoría de cómo
alcanzarla, y no por eso debe de dejarse de estudiar medicina de una manera
científica, objetiva y formal. Dígase lo mismo de la moral.
-Por Eduardo Enríquez
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