miércoles, 30 de julio de 2014

La Injusticia de la Muerte IV



-Ahora se dan cuenta que compleja puede llegar a ser la muerte, ¿no? - decía la muerte mientras su risa burlona se escuchaba por todo el lugar.
-Qué Alguien sea el primero - gritaron Todos.
-¿Yo por qué? - respondió temeroso Alguien.
-Tú fuiste el de la idea.
-Por lo mismo, al ser el de la idea, merezco ser el primero en saludar a nuestro salvador.

La Muerte en vista de que los ánimos se agitaban declaró: “Eso sí, él debe morir voluntariamente, si no, no es posible que se tome en cuenta su muerte; la de él, ni la de nadie que no quiera morir por su “salvador”. Tal vez por hacer tan noble acción la persona en sacrificarse iría al cielo, pero si para saberlo uno tiene que morir, ¿Quién quisiese saberlo?, Cuan poco valorada es la vida cuando se tiene, y cuando se va a perder, cuan preciosa es; más valiosa que todos esos tesoros anhelados, en los cuales, se llegaba a arriesgar la vida para tenerlos. Las ironías de la vida.

Alguien dijo: "Si realmente amaron a esta persona, y mejor aún, aman a la humanidad; levanten su mano los que deseen ser “sacrificados” por un bien mayor."

Aunque no lo crean, hubo más de mil personas que levantaron la mano. Siempre se puede contar con las personas en momentos de “real” necesidad.

-¡Excelente! - exclamó Alguien - Eh ahí a tu dinero, tómalo y danos lo que vinimos a buscar.

La Muerte, se quedó pensando, titubeo y hasta parecía que ella se sintiese estafada: cual buena estafadora que era.

-De acuerdo, he aquí a su marqués - y tras decir esto, tronó los dedos y la gente que había levantado la mano cayó víctima de un infarto al corazón. A su vez las puertas del más allá se abrieron y de ellas salió nuestro amado galardonado. 

-Ahora escucha bien Mano manito, murieron 1058 personas por ti, o sea que tienes 1058 días de vida, equivalente a dos años, diez meses, tres semanas y veinticuatro días. Qué te parece el trato que hizo esta buena gente para que regresases a este mundo.
-Una completa estupidez - respondió tremendamente enojado  el señor Manuel -Por esto fue que fui tan buena persona con todo el planeta. Toda mi vida la dí por ustedes, y que obtengo al final, egoísmo, puro egoísmo de su parte; me repugnan Todos. Ya morí, déjenme descansar. Hice lo que pude cuando me correspondía; a los que siguen con vida les tocaba, en teoría, seguir mis pasos y así lograr ser mejores que yo. Para eso creía que había venido al mundo a enseñarles. Pero al parecer ustedes sólo quieren legarme la “responsabilidad” del mundo a mí. Me decepcionan.
-Pero, creíamos que te gustaría estar de vuelta aquí - dijo Alguien asustado.
-¡Creían!, ¡Ustedes creen lo que quieren! - gritó con más fuerza Manuel - estaban tan apresurados en revivirme que nadie pensó quizás yo estaba bien en el más allá.

La Muerte viendo su “oportunidad”, “muy oportuna”, le dijo a Manuel: Manito, quieres volverte a morir.

Fríamente “El Segundo Jesús” dijo: sí. En ese momento desapareció junto con la Muerte.


Todos junto con Alguien se quedaron pasmados y conmocionados. Se vieron los unos a los otros y pensaron: después de todo ese Manuel Márquez Valladares no era tan gran persona.

-Por Augusto Montero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario