lunes, 30 de junio de 2014

Apología Fotográfica

La defensa de una expresión más presente que nunca en nuestras vidas.


I
En un principio, el tiempo. Hablo entonces de un límite impuesto, de un paso, de un terreno. Te miro a los ojos, y tiemblo. Es momento. La figura descarnada, sin piel ni huesos. Solo antaño. Solo la mira inmaterial de un fusil apuntando a tu pecho. Así huele el futuro.

II
Viene a mí la amada vida, retozando en carne y blanda, blanca grasa. Formas que suspiran bajo la piel de plata, de curtida vanidad que se empeña en retratarse vulgarmente en un espejo. Dirían en otro tiempo que roba el alma ese relámpago instantáneo, quemando el rojo de la sangre y la melanina.

III
Hecho ya el retrato, hecha forma el instante, convertido en pasado el momento, aprisionado, aletargado, en una combinación de pigmentos electrónicos, microscópicos e inmortales, se piensa en la trascendencia. Elegiste no ser magia, robarle la abstracción al tiempo. Que en un principio fue límite impuesto. De un paso. De un terreno. De un fusil que todavía apunta al pecho.

IV

Pero sigue a salvo la fotografía.


-Por Gerardo J. García

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