martes, 24 de junio de 2014

La Injusticia de la Muerte II

Primera Parte

Segunda Parte

El mundo estuvo de luto, no una, no dos, no tres semanas… estamos a punto de cumplir su tercer aniversario luctuoso y aún la gente llora por su defunción. La fé en la humanidad se perdió con su muerte. Suicidios se han realizado en protesta de la gran injusticia de la “baja” de este gran ser humano. “Ser o no Ser”: ya no importa la cuestión de “Ser” si no hay motivo para ser. No hay quien pueda llenar el vacío que nos dejo su partida. O, ¿si lo hay?

-¡Oigan tengo una idea!- exclamó alguien- Antes de decirla, seamos total y completamente honestos con nosotros mismos: ¿Quién en el mundo era mejor que él? A mi gusto, nadie; ¿Quién lo puede suplir?  Por supuesto, que nadie; ¿En él se encontraba la esperanza en la raza humana?, él era (o mejor dicho, es) lo mejor de esta especie. Por lo anterior ya expuesto propongo algo.


-¿Qué cosa?- preguntaron todos.

-Vayamos todos, he dicho todos a los que sí les importe nuestro mundo y crean aún en él- dijo alguien muy emocionado- a rescatarlo de la muerte, a sacarlo del submundo, a revivir a nuestro mesías.

-¡Sí!- gritaron todos- vamos a las puertas del inframundo a exigir su liberación y que lo reintegren al mundo de los vivos. Amén.


   Y la multitud llena de júbilo fue corriendo a donde se encontraban las mismas puertas que daban acceso al otro mundo. Uno nunca sabe de lo convincente que puede llegar a ser una multitud enardecida y cegada por el fanatismo… quizás hasta obligar a la “Vida” a volcarse contra ella misma.

-Por Augusto Montero

No hay comentarios:

Publicar un comentario