Requiem a aeternam dona eis, domine
A pilares donde los egos encarnados en viudos
sentimientos,
disfrazados de virtudes solitarias,
arrastradas bajo rocas
inertes en ampulas diáfanas, tornándose
anfibenas aladas.
A vicios angulares cayendo en espirales de cairel
a costas de escalar serenidad estruendosa, en
medio
de nubes anatómicas, vapor abatido de docilidad
inocente, suspendido en fantasías liquidas,
navegantes
de los recuerdos precipitándose
en la abismal penitencia.
A la mente que gotea perversiones en claroscuro,
dotando lucido hedonismo cercenado de
aberraciones
autómatas.
Al hematoma espiritual de ídolos, homicidas de
ideales,
caridad
inmersa en satisfacción malevolente,
concédeles el descanso eterno para remendar los
errores, envueltos en cascaron transparente.
A los recuerdos vociferantes de reprocho emánante,
de fracaso intangible, de espacios recaientes
y un solsticio suspirante.
Concédeles el descanso eterno
a la ansiedad de libélulas
obesas embriagadas de sed
a la hostilidad
de debilidades ancestrales, naturales
a la compasión de
hombres muertos
a la necedad de
perros hambrientos
a la mirada soez
de esculturas decapitadas
a la ingenuidad
de mentes brillantes
a la soberbia
opacidad de la moral
a la perfección
inexistente
a la carroña
inerte en el ser
a la bizarra
decadencia
a la decadencia
erudita
a la santa
debilidad
a la totalidad
momentánea
a la espiritualidad
inalcanzable
a la verdad
disfrazada
a la mentira en
perspectiva
a la sed de vida
a la vida misma.
-Por 'Recio'
No hay comentarios:
Publicar un comentario