domingo, 15 de junio de 2014

Concédeles el Descanso Eterno

Requiem a aeternam dona eis, domine


A pilares donde los egos encarnados en viudos sentimientos,
 disfrazados de virtudes solitarias, arrastradas bajo rocas
inertes en ampulas diáfanas, tornándose anfibenas aladas.

A vicios angulares cayendo en espirales de cairel
a costas de escalar serenidad estruendosa, en medio
de nubes anatómicas, vapor abatido de docilidad
inocente, suspendido en fantasías liquidas,
 navegantes de los recuerdos precipitándose
en la abismal penitencia.

A la mente que gotea perversiones en claroscuro,
dotando lucido hedonismo cercenado de aberraciones
autómatas.

Al hematoma espiritual de ídolos, homicidas de ideales,
  caridad inmersa en satisfacción malevolente,
concédeles el descanso eterno para remendar los
errores, envueltos en cascaron  transparente.

A los recuerdos vociferantes de reprocho emánante,
de fracaso intangible, de espacios recaientes
y un solsticio suspirante.

Concédeles el descanso eterno

a la ansiedad de libélulas obesas embriagadas de sed
a la hostilidad de debilidades ancestrales, naturales
a la compasión de hombres muertos
a la necedad de perros hambrientos
a la mirada soez de esculturas decapitadas
a la ingenuidad de mentes brillantes
a la soberbia opacidad de la moral
a la perfección inexistente
a la carroña inerte en el ser
a la bizarra decadencia
a la decadencia erudita
a la santa debilidad
a la totalidad momentánea
a la espiritualidad inalcanzable
a la verdad disfrazada
a la mentira en perspectiva
a la sed de vida
a la vida misma.

-Por 'Recio'

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