miércoles, 11 de junio de 2014

Joel Alme: Reviviendo la antigua grandeza

El cantante sueco está recuperando el estilo de los grandes crooners de antaño


Durante la creación del video promocional que se hizo para la revista, me encontraba en la controversia de elegir una canción para que sirviera de fondo en el mismo. Mi primera opción fue 'Respect', la segunda canción del legendario albúm del "Rey del Soul" Otis Redding, Otis Blue/Otis Redding Sings Soul (1965). Ya era casi seguro que utilizaría ese tema hasta que reproduje 'The Ocean' de Joel Alme y caí en la cuenta de que se trataba de la canción perfecta para proyectar el sentimiento que estaba buscando con ese video.

   Y es que, en realidad, toda canción de Joel Alme tiene ese sentimiento, una exitosa y encantadora mezcla de melancolía y esperanza, ya sea que a veces se presente una en mayor medida y la otra en menor.

   No será este el primer escrito en el que proyecto el profundo respeto que me merece la evolución y proyección que ha tenido la música en Escandinavia (mención honorífica a Suecia) desde hace un par de décadas para acá. El caso de Joel Alme otorga una explicación plausible del fenómeno, y es que sus últimos lanzamientos han sido patrocinados por un gobierno sueco que le da una importancia fundamental al arte y la cultura dentro de su distribución de fondos públicos y Alme vaya que lo merece.

   2008 fue el año en el que Alme, con 28 años, comenzó su producción discográfica.  Master Of Ceremonies fue su primer álbum, en el cual ya se proyectaban varias de las grandes virtudes que hoy lo tienen en donde está, no obstante, la elegancia que caracteriza a sus últimos dos lanzamientos aún no aparecía en esas épocas, en parte también por la falta de recurso para manejar los arreglos orquestales que son tan básicos en el estilo que practica el cantante sueco.

   Para Waiting For The Bells (2010) Joel Alme ya tiene un poco más definido su estilo: maneja arreglos verdaderamente sorprendentes y su voz pierde desesperación, ganando un toque de elegancia muy considerable. Para muchos este es el mejor disco del crooner sueco y, sin embargo, yo no concuerdo completamente por que a este disco aún le falta un elemento que hace de su último disco A Tender Trap (2012), la verdadera obra maestra de su producción, las excelentes letras que ruegan sutilmente por empatía y admiración, logrando así asimilarse con grandes figuras de antaño como Jacques Brel, Frank Sinatra o Scott Walker, compartiendo en este rubro un buen lugar junto a su compatriota Jens Lekman.

-Por Eduardo Enríquez

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